viernes, 31 de julio de 2015

EDITORAL DE "EL PUENTE": HASTA SIEMPRE


Han pasado cinco años desde que comencé mi misión en España como Consejera de Cultura, y hoy llegan a su fin; cinco años de profunda experiencia cultural que no sólo han llenado mi vida y la de mi familia, sino que además, me han permitido profundizar en el conocimiento de la cultura española.

Cuando llegué a España vine con muchos proyectos para servir de mediadora cultural, y uno de ellos consistía en que los españoles diferenciaran entre cultura y nacionalidad, o sea, lo judío y lo israelí.. La cultura tiene un origen que se remonta a unos cinco mil años; estoy hablando de la cultura y tradición judía. Pero mi mayor empeño era la cultura contemporánea israelí, que sin duda en España es la más desconocida; tradición e innovación unidas en un tronco común, cuyas ramas alcanzan todas las disciplinas culturales, como corresponde a un país libre, innovador y democrático como lo es Israel.

Creo haberlo conseguido en este tiempo, pero debo agradecer a todas las personas que han trabajado conmigo dicho propósito: personas que desde las instituciones públicas y privadas han estimado en valor la cultura contemporánea israelí, y además han apostado por ella. Prácticamente todas las Comunidades Autónomas de la geografía española, así como las Diputaciones y los Ayuntamientos, pasando por todo tipo de Festivales Internacionales han tenido presente las creaciones israelíes en sus programas.

Me siento orgullosa de la acogida que tales autores de la cultura israelí han tenido en España. Allá donde han ido, y han sido muchos los sitios, literatos como Etgar Keret, Fania Oz, Nir Baram, A. B. Yehoshua, David Grossman, y otros tantos cuyos nombres serían demasiado largos de recordar aquí, se han sentido extraordinariamente queridos por el público español, y así me lo han hecho saber.

En el campo de la música ocurrió más de lo mismo: Noa, Yasmin Levi, David Broza, Asaf Avidan, Ester Rada, Idan Raichel, Ivri Lider, etc., por citar tan sólo a unos pocos, de tanto en tanto repiten en España por la calurosa acogida que han tenido con sus colegas del mundo de la música, algunos de los cuales se han convertido en colaboradores inseparables de los artistas españoles.

Por España también ha pasado el Teatro Nacional de Israel, varias Compañías Internacionales de Danza Contemporánea entre las que destaca la Kibbutz Contemporary Dance Company, Batsheva, Mayumana, y decenas de performances en los teatros de marionetas y de calle que se celebran por toda la geografía nacional. Hemos estado presentes prácticamente en todos los Festivales importantes de la geografía española.

Las universidades han abierto sus puertas a profesores como Yubal Noah Harari, Ari Shavit, Adolfo Roitman y la nobel de química Ada E. Yonath.

En el arte hemos tenido un espacio preferente con Amos Gitai en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía; Sigalit Landau en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona; Ron Arad en la prestigiosa galería IvoryPress; la participación de Israel como país invitado en la Barcelona Design Week…, y otras pequeñas exposiciones de artistas israelíes en galerías de Barcelona y Madrid.

Los Festivales Internacionales de Cine han recibido con aplausos y gran número de público las películas israelíes. Han sido muchos los estrenos y los premios, como en La fiesta de despedida que ganó la Espiga de Oro de Valladolid.

En lo personal, España ha representado para mí y para mi familia una extensión de mi país. Me he sentido plenamente colmada de bendiciones en cada proyecto personal y profesional que he emprendido. Su sol, sus paisajes, sus playas, sus gentes, sus monumentos, su cultura, sus tradiciones…, nada de ello nos ha resultado extraño mas al contrario, nos hemos sentido mediterráneos, vecinos inseparables del mismo mar.

Para concluir, espero haber contribuido en este tiempo a un conocimiento mutuo, entre España e Israel, a través del puente de la Cultura, en el que el año próximo cumplirán treinta años de relaciones diplomáticas; pero de este tema se encargará mi sucesora en el cargo, Hagit Mualem, a quien deseo un futuro colmado de éxitos.

Gracias, España, por permitirme y aceptar tan cordialmente el adjetivo “israelí” unido a todas las disciplinas de la Cultura de mi país. ¡Hasta siempre!

Ahuva Spieler Reshet
Consejera de Cultura de la Embajada de Israel en España

jueves, 30 de julio de 2015

Hamás se prepara para una nueva guerra contra Israel Por Eli Cohen


Se ha cumplido un año de la guerra más duradera que Hamás e Israel hayan mantenido hasta ahora. La operación Margen Protector duró 52 días y dejó unas cifras desoladoras, principalmente en Gaza. Sin embargo, parece que Hamás se prepara para una nueva confrontación, en su anhelo constante de continuar la lucha contra Israel a toda costa.
Y es que, según el Ejército de Israel, Hamás continúa con la construcción de túneles; lamanufacturación de cohetes de corto alcance, más difíciles de interceptar por el sistema Iron Dome –también recurren a ellos debido a que el contrabando a través de la frontera con Egipto ha sido frenado por las fuerzas de Al Sisi (el Ejército egipcio ha demolido más de 1.000 casas palestinas para frenar el tráfico ilegal) y no consiguen hacerse con cohetes de largo alcance como los que emplearon el año pasado–, y el adiestramiento terrorista –ha inaugurado otros 18 campos de entrenamiento–. Asimismo, está vigilando los movimientos del Ejército israelí en la frontera y adquiriendo material de alta tecnología con fines bélicos.
El líder del brazo militar de Hamás, Fathi Hammad, declaró:
Nuestras manos están en el gatillo y las fábricas de Izedín al Qasam [el brazo armado de Hamas] están operando día y noche. El día llegará e Israel pagará un alto precio.
Las palabras de Mahmud al Zahar, miembro del Comité Político de la organización islamista, son aún más certeras:
Los palestinos deben desarrollar su armamento para que puedan atacar cada pulgada de Palestina. Ésta es nuestra misión, y si no somos capaces de llevarla a cabo, estaremos traicionando al pueblo palestino (…) cada año, hasta que Palestina sea liberada, miles se alistarán en los campos de entrenamiento [de Hamas]

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miércoles, 29 de julio de 2015

Rashí o el comentarista que prefirió la sencillez



Rashí o el comentarista que prefirió la sencillez

Por

Shaúl Ben Abraham 

En el año 1475, en la ciudad italiana Reggio Calabria se  llegó a publicar uno de los primeros libros hebreos impresos: un comentario sobre la Toráh cuyo autor era el prestigioso Rabí Shlomo Yitzjkí, más conocido en el mundo judío por su acrónimo Rashí. Según Esra Shereshersky en su libro Rashi, The man and His World (Jason Aronson Incorporated, 1982), este libro 


Se convirtió en un texto fundamental en los hogares judíos y en las casas de estudio. Ninguna otra obra de la literatura judía ha recibido semejante reconocimiento […] Hay más de doscientos supercomentarios que tratan directamente sobre las glosas de Rashi del Pentateuco (sic).


En Troyes (Francia), en el año 1040 nació Rabí Shlomo Yitzjaki. En su juventud asistió a las academias de Worms y Maguncia (Renania). Sus tutores fueron los eruditos judíos más destacados de Europa. A los 25 años, debido a circunstancias personales fue obligado a volver a Troyes. Para entonces ya era reconocido como un gran estudioso del Tanaj y no tardó en ser el guía espiritual de la comunidad judía local. Llegó a fundar su propia academia religiosa, la cual vino a ser aún más influyente que la de sus maestros en Alemania.

Los judíos de Francia vivían entonces en relativa paz con los cristianos, lo que permitió a Rashí dedicarse a sus actividades académicas con libertad y tranquilidad. Con todo y su posición prestigiosa, Rashi se ganaba la vida elaborando vino, lo que le daba para ganarse lo justo. Este conocimiento directo de los oficios comunes fue algo beneficiosos para su intelecto: lo puso en contacto con el judío promedio y permitió que se relacionara con los gentiles, conocieras sus costumbres y entendiera las necesidades de las dos comunidades.

Vivir en Troyes también fue favorable. Muchas de las rutas comerciales pasaban por ahí, era un centro cosmopolita de Francia, eso le permitió familiarizarse con otras mentalidades y costumbres de diferentes lugares que transitaban. Por más raro que parezca, fue precisamente ese ambiente, ese lugar y esas circunstancias las que, con toda seguridad, influyeron en su decisión de hacer comentarios del Tanaj y del Talmud.

Pero más allá de esto, ¿qué pudo haberlo motivado a escribir sus comentarios? Una de las razones más importantes, si no la más, era idiomática: pocos hablaban hebreo, y por eso pocos leían el Tanaj por sí mismos, si la ayuda de un intérprete, y mucho menos llegaban a comprender su contenido. La mayoría de judíos al estar dispersos por distintos lugares de Europa hablaban alemán, árabe, español, francés y muchos otros idiomas. Si bien el hebreo se enseñaba desde la niñez, había numerosos términos del Tanaj que no podían ser entendidos con claridad.

Un hecho notable, y que da cuenta de lo antedicho, es que Rashi llegó a escribir en hebreo como en francés, con elegancia, gracia y versatilidad; cuando en hebreo no encontraba el vocablo que necesitaba, se valía de una palabra francesa y la trasladaba al hebreo, empleó más de 3.500 términos, los cuales, hoy en día, son una valiosa fuente de información para los estudiantes de filología y pronunciación del francés antiguo.    
A lo anterior se sumaba el hecho que dentro del judaísmo hubo algunos rabinos que preferían, a veces exageradamente, la tendencia a buscar interpretaciones no literales del texto tanájico. Así pues, alegorías, leyendas y cuentos abundaban respecto a expresiones, palabras y versículos, muchos de ellos coleccionados y compilados en los populares midrashim, especialmente en los tardíos.
De acuerdo a Rashbam (Rabí Shmuel ben Mayor), nieto de Rashí y también escriba, en su comentario sobre Bereshit 37: 2:


“…los comentaristas más antiguos tendían a predicar sermones (derashot), pues consideraban que ese era el objetivo más importante, (pero) no estaban acostumbrados a ahondar en el sentido literal del texto de las Escrituras”.


Para ese entonces muchos Rabinos, si bien conocían la vieja regla que establecía que ninguna explicación podía ser incompatible con el sentido peshat (simple), en la práctica no seguían realmente dicha regla y preferían las interpretaciones alegóricas. El judío no letrado, cuando lograba leer un comentario de la Toráh quedaba confundido ante la cantidad de interpretaciones que se habían producido y no distinguía muchas veces entre el Texto Sagrado y la interpretación.

Ante esta situación, la primera meta que se propuso Rashi fue lograr que el texto de  la Toráh fuera entendible a todos los judíos. Para lograr su objetivo, comenzó a recopilar cuadernos en los que anotaba comentarios sobre palabras y versículos específicos que creían que presentaban alguna dificultada a los lectores. Las notas de Rashi incluían las explicaciones de sus maestros y lo que halló por sus propios conocimientos de la literatura rabínica precedente.

Su aporte fue significativo en los aspectos lingüísticos, prestó atención a la puntuación y a los acentos que emplearon los masoretas y como afectaban estos la comprensión del texto. Con el fin de aclarar el significado de las palabras, su comentario hace constante referencia al Targum de Onkelos, la traducción aramea de la Toráh. Rashí examinó posibilidades que nunca antes se habían explorado a la hora de explicar las preposiciones, las conjunciones, el significado de los verbos, la sintaxis y otras muchas facetas de la gramática, aportando un significativas exposiciones del hebreo como una lengua fértil para la comprensión espiritual.

Rashi siempre procuró destacar el sentido sencillo y literal del texto, el peshat. Sin embargo, no podía pasar por alto la extensa literatura midráshica. Eso es notable en los mismos comentarios de Rashi, pues constantemente hace alusión a la manera como conecta sus aportes con los midrashim, los cuales, en muchas ocasiones, ayudaban a oscurecer el significado natural del texto. Este es su criterio tal y como lo presenta en su comentario a Bereshit 3:8:


“Hay diversas exegesis (midrashim) de la narración (hagadá), y se las puede encontrar ordenadas en Bereshit Rabá y otros textos semejantes. Yo, por mi parte, sólo pretendo explicar el sentido llano del versículo y apelo a aquellas hagadot que resuelven los problemas de interpretación en forma coherente” 


Al seleccionar y editar únicamente los midrashim que le parecían que aclaraban el significado o el contexto de un versículo, Rashi excluyó los que promovían la confusión y extendían innecesariamente el análisis. De esta labor son beneficiarias las generaciones posteriores que se familiarizaron con las selecciones de Rashi y que siguieron sus pasos en la manera de comentar la Toráh, en especial los famosos Mefarshim, los excelsos comentaristas del Tanaj.

Rashi  elogiaba con frecuencia a sus maestros, pero -como buen erudito y sabio judío- no por esto tenia reparos en discrepar de ellos si le parecía que sus explicaciones contradecían el razonamiento claro del texto. Personalmente corregía sus aseveraciones, no trataba en admitir que al explicar un pasaje se había equivocado; varias veces mencionó  cosas en los que sus discípulos le ayudaron a corregir un comentario; en definitiva era un ejemplo de nobleza y pulcritud intelectual.

Tal es su valor, que los editores en español de La Torá con Rashí (Editorial Jerusalem de México, 2001) no dudan en afirmar:

Rashí escribió su comentario a todos los libros del Tanaj ya a una edad avanzada. Pero sin duda alguna, es sus comentario a la Toráh misma la que le ha valido el sobre nombre de Maestro de Israel. Estudiado por igual por principiantes y eruditos, este comentario se ha convertido en la punta de lanza de la educación judía a lo largo de siglos. Su lenguaje sencillo y breve enmascara una profundidad de análisis sin igual. Por eso su obra ha sido objeto de más de doscientos comentarios escritos por sabios de todas las épocas siguientes. Sin temor a la exageración, se puede decir que es Rashí el que ha enseñado a leer la Torá a todo el pueblo de Israel.


Y esa “profundidad” mencionada en ésta cita, de hecho escondía, para muchos, verdades espirituales a las que Rashí no aludía de manera directa pero que, de acuerdo al Rabí Tzeví Hirsch de Zhidachov, se guardan en las parcas expresiones que Rashí repite constantemente al escribir “el significado obvio del pasuk (verso)”, lo que en realidad quiere decir que ahí está la clave para despojarse, para desvestirse (hitPaShuTut) de la corporalidad y la materialidad, para llegar al significado real del verso en cuestión, que es en verdad el espiritual. 

Más allá del judaísmo se dejó sentir  la influencia de Rashi. Así, por ejemplo, el franciscano francés y comentarista de las Escrituras, Nicolas de Lyra (1270-1349), citaba con tanta frecuencia a Rashi, que llego a ser conocido burlonamente como “el mono que imita a Shlomo”. Lyra a su vez influyó en comentaristas y traductores posteriores, entre ellos los que prepararon el camino para quienes luego traducirían la versión más influyente de habla inglesa, la King James Bible y al reformista Martín Luther, quien se apoyó tanto en Lyra que en su época se hizo popular el refrán: “Si Lyra no toca la lira, Luther no habría bailado”.

Las condiciones político-sociales influyeron en el resultado de sus comentarios. En 1096 se inició la primera Cruzada, la que produjo una tensión entre las comunidades judías y cristianas, siendo las primeras, desde luego, las más afectadas. Las noticias y dichas matanzas afectaron la salud de Rashi, la cual se fue deteriorando hasta que murió en 1105. Desde entonces sus comentarios de las Escrituras presentaron un cambio significativo, sin lugar a dudas por la decepción que le causaba el mundo gentil al que tantas se habían acercado.  

En general la gran contribución de Rashi a la comunidad judía fue la reinterpretación de todos los pasajes relevantes de los monumentos literarios judíos a la lengua vernácula con tanta claridad y lucidez, con tanto calor, candor, humanidad y con una habilidad y erudición tan excepcionales que sus comentarios llegaron a reverenciarse como sagrados y a quererse como si fueran ellos mismos literatura.

Y en fin, ¿cuántas cosas no se vienen a la mente de un judío cuando ve, escucha o recuerda a Rashí? Yo, en mis parcos conocimientos puedo recordar algunos datos valiosos, los que sirvieron para dejar esta breve nota que escribí en agradecimiento a Rashí, y que seguramente el ya habría leído antes que mis manos la transportaran a éste mundo.   

martes, 21 de julio de 2015

Babelucia

LA MEDIOCRIDAD DE LA JUDEOFOBIA



LA MEDIOCRIDAD DE LA JUDEOFOBIA

Por Shaúl Ben Abraham

Se sabe que Albert Einstein dijo las siguientes palabras: “Solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana; pero de la primera no estoy muy seguro”. ¿Pero realmente hay pruebas de ello? Ciertamente hay muchas y aquí reseñaré una de ellas. 

Doy pistas. Ahí está pero no se sabe porque, ni exactamente cuándo ni dónde surgió. Los que la profesan cuando les conviene la niegan y la refirman bajo crueles sofismas; es vieja pero de consecuencias históricas recientes, no es religiosa, pero se le parece; no es política, pero lo involucra, y sobre todo hace que personas dispares y contrarias se parezcan.
 
Pero descubramos con unas preguntas a que me refiero ¿sabe qué tipo de estupidez ha durado por muchos siglos de país en país y se ha encarnado en todo tipo de personas? Otra pregunta para que precisemos mas ¿Qué pueden tener en común – aparte de ser humanos, de ser escritores o personas famosas- Estrabón, Tácito, Plutarco, Apión, Alejandro Severo, Justiniano, Crisóstomo, muchos Papas, Napoleón, Moliere, Nicolás I, Henry Ford, Wal Disney, Jacques Cousteau, Briggite Bardot y Phil Collins entre otros? La respuesta es su antisemitismo, o más exactamente su judeofobia. Todos y cada uno de ellos ha dado su cuota verbal y ha contribuido a perpetuar, desde su relativa fama, una de las peores y más antiguas y marcadas formas de la discriminación y del prejuicio.
 
Ciertamente la lista de personalidades de esa pregunta es muy pequeña, de hecho faltarían personalidades que nunca se les consideró “antisemitas”, como por ejemplo al insigne hombre que dijo lo siguiente:


¿Qué habremos de hacer, nosotros… con esa raza condenada y proscrita de los judíos?… He aquí mi honrado parecer. Primero, habrá que prender fuego a sus sinagogas… Segundo, habrá que desbaratar o destruir sus hogares…  Tercero, habrá que privarlos de sus libros de oraciones… Cuarto, habrá que prohibir, bajo pena de muerte, que sus rabinos sigan enseñando… Quinto, habrá que prohibir rigurosamente la libertada de movimientos y privilegios de libre paso… Sexto, se les habrá de prohibir que ejerzan la usura… Séptimo, habrá que obligar a los judíos y judías jóvenes y fuertes a que empuñen el hacha y el azadón, la pala y la rueca, para que ganen el pan con el sudor de su nariz y (por ultimo)… habrá que hacerlos del país y acabar con ellos de una vez para siempre.


No señores, esa no es la voz de Hitler, pero sí de alguien que lo  ayudo a engendrar ideológicamente: Martin Lutero. ¿Qué, Martín Lutero? ¿El mismo de las 95 tesis contra la Iglesia Católica Romana? El mismo. Estas palabras las dijo en 1543 cuando supo, por fin, que los judíos no se convertirían a su predicado cristianismo. Pero las conciencias de sus seguidores, los protestantes, pueden estar tranquilos que nadie a él lo ha consideró alguna vez antisemita ¡Y qué tal que lo hubiera sido!  

Pero paso a considerar un punto que no puede pasar sin ser discutido. El término “antisemitismo”, es en todos los sentidos un error, es un distractor que oculta una realidad más cruda, una realidad que con más propiedad debe ser llamada judeofobia o antijudaismo. El termino fue acuñado por el austriaco Wilhem Meir en 1897, un insigne “antisemita” que se propuso dejar en circulación una palabra que abarcara tan viejo sentimiento.  Pero aclaremos las cosas, la verdad no hay antisemitismo, y si lo hubiera los que lo profesan deberían odiar también a todos los descendientes de Shem.  Pero no, en la práctica se odia a los judíos, se los odia porque si, por qué no, porque me miro mal, porque no me miro, porque ellos comen kosher o por qué no comen, porque se viste como yo, o por que usan atuendos raros, y porque…  me canso nada más de pensarlo. 

En muchas ocasiones en las que Israel ha tenido enfrentamiento con los grupos terroristas que son alentados por algunos palestinos en Europa se han presentado continuos ataques a Sinagogas, centros culturales judíos  e instituciones israelitas. En retrospectiva puedo recordar como en Egipto en el año  400 a.e.c un grupo de sacerdotes atacaron un templo judío que se encontraba a orillas del Nilo.  Siglos después en Venezuela, durante el gobierno de Chavez, el 10 de febrero de 2009 se presentó un ataque a la Sinagoga de Caracas. Cerca de 2400 años han pasado y en este tema no se ha avanzado mucho.
 
Lógicamente los motivos a los que se aduce para justificar estos ataques son muchos y han cambiado de esfera simbólica: En lo político los judíos manejan el mundo, en lo teológico son los pecadores que mataron a Cristo, en lo económico ellos son los dueños del dinero; en lo moral son los inmorales moralistas que crearon la conciencia; en lo social son discriminadores. Y así es en otros muchos aspectos en que se los trae de aquí para allá en la boca de todos, de acuerdo al gusto y disgusto que produzcan: los de la izquierda dicen que son unos reaccionarios, los de la derecha los acusan de inventar el comunismo, los ricos que son unos miserables y los pobres que son ricos, los racistas los acusan de apoyar el mestizaje para terminar con el mundo blanco, y ciertos grupos negros los acusan de racistas (ignorando muchas veces que uno de los grupos más antiguos del judaísmo está compuesto por negros: los Beta Israel). Si se callan es por andan conspirando algo y si hablan es porque ya han alcanzado su complot. Los cientificistas y ateos dicen que ellos promueven la perniciosa idea de Dios y los religiosos que son ateos. Malo si viven en guettos y malo si viven en Palacios. Malo si están entre los países y malos también por que lograron estar en Israel

¿Y por qué tanto odio? Las razones no son claras, al parecer solo acontece, está ahí. Por años he recolectado información para tratar de entender este fenómeno en términos antropológicos y no podría llegar a una sola conclusión. Lo claro es que frente a la tención odio-odiado, el triunfador ha sido en este caso el segundo, a pesar, muy a pesar, de todas las almas que tuvieron que perderse para lograrlo. ¿Y por qué digo que ha triunfado el odiado? Porque todavía el pueblo judío está aquí. Cerca de 23 siglos de discriminación y el pueblo judío está aquí y muchas de las naciones que los quisieron destruir son historia ¿Dónde están los romanos? ¿Dónde los babilonios? ¿Dónde están los antiguos egipcios? ¿Dónde están los griegos de la Hélade? La respuesta es clara: el caído siempre es Goliat, por más grande que sea y no David. El judaísmo no es historia, es total actualidad.
 
Pensando en uno de los cientos de tópicos que ha desarrollado la judeofobia, me pregunto  ¿de dónde vendrá el mito de que los judíos dominan Estados Unidos? ¿Se olvidan, los que mantienen esta creencia, acaso que el poder árabe en Estados Unidos es realmente mayor aun? La verdad es que en el país del Tío Sam también han sido discriminados. Desde Peter Stuyressant que los expulsó de lo que entonces era Nueva Amsterdam, el actual Nueva York, hasta 200 años después el general Ulysses S. Grant que acuso a toda la comunidad judía de ser espías. De ahí en adelante otras voces han resonada en el país de las barras y las estrellas: el padre Coughlin, los escritores Henry Adams, Jonh Jay Chapman y Ezra Pound y desde luego el ya mencionado Henry Ford que popularizo los falsos y archiconocidos Protocolos de los Sabios de Sion y puso su cuota literaria con un libro que mandó a escribir para él, el Judío Internacional. Es en Estados Unidos donde precisamente tienen su sede la agrupación Naciones Arias, que por su nombre el que lea sabrá que no me refiero a una institución de beneficencia.

Otro motivo típico es la discusión en torno a la expresión “pueblo elegido”, misma que muchos tildan de excluyente y racista. Sin embargo dicha expresión, que de paso es una mala traducción, no connota para nada un sentido de superioridad. Por el contrario,  la creencia en una raza superior no fue una idea judía, es una idea que ha tenido muchos autores en diferentes grupos humanos, en especial  en aquellos que han alcanzado un nivel imperial, como los babilonios, los griegos, los persas, los romanos, los ingleses… los nazis. Querer compararlo con la idea de “pueblo elegido”, tal y como está en el Tanaj o las Escrituras Sagradas del judaísmo, es un rotundo desacierto; cuando los judeófobos mención  “elegido” aluden el concepto a partir de una traducción no muy exacta de la palabra segulá, que debería traducirse más bien como “atesorado”. Entre otras cosas lo de elegido en verdad no hace superior a nadie, por el contario pude tener muchas desventajas. Ciertamente indica distinción, ¿pero qué pueblo no apela su distinción del resto?
 
Pero la verdad  no se para que explico esto si para el judeofobico no haya más que maldad en el judío per se, intrínseca, propia de sus ser natural, y nada bueno puede salir de él, y así cualquier explicación, cualquier apología sobre el carácter ontológico del judío se tomará como un arma en su contra. La judeofobia no puede vencerse con razonamientos  puesto que ella misma es una negación de ellos, se fundamenta en el odio y en la continua acusación que por donde quiera que se la quiera ubicar se  transforma en una nueva forma de ilógica capaz de sacar cualquier disculpa para no concederle nada a su favor al judío.  Como dice 
Jean Paul Sartre en sus Reflexiones sobre la cuestión judía:
 

La frase: “Odio a los judíos” es de las que se pronuncia en grupo; al pronunciarla se adhiere a una tradición y a una comunidad: la de los mediocres. Por eso conviene recordar que no es necesariamente humilde ni siquiera modesto porque se haya aceptado la mediocridad. Todo lo contrario: hay un orgullo apasionado de los mediocres, y el antisemitismo (sic) es una tentativa para valorizar la mediocridad como tal, para crear la “elite” de los mediocres”


Los fracasos, los problemas, las frustraciones siempre necesitan sus chivos expiatorios, en muchos casos históricos lo han sido los judíos. Evidentemente no son los únicos. En muchos casos lo han sido también los indígenas, los negros, los gitanos y todos aquellos grupos que por su condición han sido perseguidos, ultrajados y asesinados. 

Los judeófobos deberían ser consecuentes y no deberían nunca hacerse el favor de leer, oír, ver, entender, a unos grandes del mundo intelectual y cultural como: Maimonides, Baruj Spinoza, Levi Strauss,  Franz Kafka, Karl Kraus, Celan, Mahler, Albert Einstein, Jacques Derrida, Walter Benjamin, Alban Berg, Emanuel Levinas, Hofmannsthal, Herman Cohen, George Steiner, Primo Levi,  Daniel Baremboin y tantos otros que aquí no mencione y que han pensado el mundo y lo han mejorado; desde esta nota les pido ¡Por favor no los lean! Le hacen un favor a su causa cuando mantinen tanta ignorancia, aunque no le hagan un favor al resto de la humanidad. Síganse engañando  con Hitler, con Jean Boyer, con Henry Ford, con Maurice Pinay, con I.B Pranaites y con una larga serie de autores de pacotilla que se envenenaron en sus ideas de odio.

Como bien lo recuerda George Picht, en su libro Mut Zur Utopie (Frente a la Utopia), los nazis tenía un lema que es todo lo contrario a lo que es la condición humana: “Así somos y así queremos seguir siendo”. Fueron seres incapaces de distanciarse de sí mismos, de su historia, de sus errores, por eso fueron y son la epitome de la judeofobia, por eso nacieron para acabar siendo ellos mismo, para autodestruirse, como dijo alguna vez Borges de ellos.  El judaísmo en su esencia enseña todo lo contrario, por eso renace y se encuentra en cada época más fuerte, porque el judaísmo autentico, el de la Toráh entendida bajo la voz de los sabios, nos enseña a encontrarnos con el Yo Esencial y a salir de las garras de ese Amalek que es el Ego, el mismo que merece ser olvidado, el mismo que debe ser quemado en los altares de la conciencia. 

viernes, 3 de julio de 2015

Cultura sefardí con Fernando Vara de Rey

El director de Relaciones Institucionales y Comunicación del Centro Sefarad Israel - España, Fernando Vara del Rey, viene acompañado de dos personas muy especiales: Alicia Sisso de Tetuán (Marruecos) y Karen Sarhon de Estabul (Turquía), que nos hablan de cómo la cultura sefardí, el idioma, las costumbres, la música, la gastronomía, etc., ha perdurado hasta nuestros días.

jueves, 2 de julio de 2015

EL PUENTE - EDITORIAL: RECUERDOS DE MI VERANO 2015 EN ISRAEL



Con la experiencia o con los años, (lo dejo a la elección del lector), estoy en un momento de mi vida en que juego con las sensaciones.  ¿Para qué? Para ampliar el abanico de experiencias y también para que los recuerdos se mantengan con mayor intensidad en mi memoria y no en la tarjeta externa de mi cámara de fotos.    El verano 2015 en Israel se me brinda como los bufés de los desayunos en sus hoteles: variados, sabrosos y para todos los gustos.   Cada uno decide lo que quiere comer.  Cierro los ojos y me transporto a tantos lugares.   ¿Me siguen?   

Empecemos: Paseando por Jerusalem, no podía empezar de otra manera, durante los meses de julio y agosto,  me encuentro en la calle con numerosos artistas visuales que con su luz nos transportan a otra dimensión y me pongo a reír como una niña porque quiero tocar su arte; o los DJ’s que me hechizan a bailar como si llevara las zapatillas rojas diseño “Andersen”; o los numerosos y afamados “chefs” que salen de sus cocinas y con sus platillos aturden nuestros sensores bucales.  

Hace calor en la calle, de repente, noto el agua fría correr por mis pies y no veo bien lo que hay frente a mí.   ¿Dónde me he metido en Jerusalem? Ah, ya recuerdo: La Ciudad de David (en hebreo Ir David) donde Salomón fue ungido rey.  Tras romperme las piernas subiendo y bajando por la Historia,  el calor de los restos arqueológicos de arriba se torna en un grato frescor subterráneo, en el túnel que construyera el rey Ezequías: una experiencia que rejuvenece a cualquiera con sus apenas 2.700 años.   Cuando salgo al exterior, me deslumbra la serena y muda belleza que tocamos con nuestras manos.   Se me eriza la piel porque estoy escuchando cómo cortan el pelo a Sansón. A los pies de Massada, en el mar Muerto, a mediados de Septiembre del 2016, tendré el honor de asistir a la ópera “Sansón y Dalila” de Saint-Saëns.   Un viaje rápido en el tiempo y en el espacio.    

Desde el trono de un “segway” (estos vehículos de dos ruedas donde el paseante va de pie cómodamente subiendo y bajando desniveles), se me impregna la cara con los colores y sonidos de los alrededores y nos paramos a tomar una cerveza de autor tan de moda ahora en Israel.  Hasta hace dos años, no había cervecerías como entendemos en España.  Una novedad que para los españoles es un habitual casi todos los fines de semana.  ¿Hablamos de intercambio España-Israel? El turismo es su mejor aliado.  No tengo la menor duda.   

Según un antiguo proverbio árabe, “tenemos dos orejas, dos ojos y una sola boca para que escuchemos y veamos el doble de lo que hablamos”. Algo parecido me ha ocurrido en el espectáculo de Luz y Sonido de la Ciudadela, junto a la Puerta de Yaffo en Jerusalem.  Menuda facha tengo: boca abierta aderezada con un ansioso movimiento de cuello hacia todas partes para no perderme detalle.  La Historia proyectada en las murallas gracias a la tecnología que es apabullante: 20 proyectores, 10 reproductores de video, 14 ordenadores y 14 altavoces.  Resultado: ¡Indescriptible! Me pongo de buen humor cada vez que lo recuerdo.  ¡Qué buen sabor de boca sin probar bocado!  ¿Habré heredado de mis antepasados la sinestesia y yo sin saberlo a estas alturas de la vida?   

En algunos momentos, he sentido que me faltaban datos para navegar (no quiero sorpresas llamadas roaming) pero… ¡estoy en Tel Aviv! y aquí hay Wi-Fi gratuita en la mayor parte de la ciudad.  No me lo puedo creer.  Hablo en directo con mis amigos desde la playa: “Hola!  Estoy comiendo en el puerto de Yaffo, mirando el mismo mar que tú pero justo en el otro extremo.   ¿No me ves en Google Maps  agitando la mano? Esa soy yo!!  ¿Que qué hago aquí?  Pues de vacaciones.   Disfrutando como una colegiala, una amante de la buena mesa, de la Historia y de la conversación con estos israelíes que no paran de apasionarse y apasionarte con este bello país.   El ritmo en Tel Aviv lo marco yo porque entonces no dormiría: conciertos, visitas, ambiente, buen clima, noches mediterráneas…  

En el valle de Hula, me convierto en una de las 47.000 grullas comunes que cruzan la Galilea y observo desde arriba a los peregrinos emocionarse en los lugares santos en el llamado “Triángulo de Jesús” y me refresco en las dulces aguas del mal llamado mar de Galilea. La bella ciudad amurallada de Safed, Akko, la bahía de Haifa…   Las corrientes me llevan a lugares poco frecuentados por los turistas españoles: el monte Sodoma, el Maktesh Ramon (aquí ya me quedo sin aliento definitivamente) Tengo que tomar tierra para hidratarme y vuelvo a mi forma humana para brindar con un excelente caldo cultivado en pleno desierto del Negev y una ensalada con tomates cherry regados con agua no potable por su mayor concentración en sal.  No entiendo cómo lo consiguieron pero son más dulces que regados con agua potable.   El sueño de David Ben Gurion y su mujer Paula se está materializando.  Sus espíritus siguen vivos pasándoles el testigo a las nuevas generaciones.    

Nunca se acaban mis vacaciones en Israel. No es que se haya ido la luz es que he cerrado los ojos y vuelvo a estar allí.  ¿Pruebas?  ¡Cuidado porque crea adicción y luego no te conformas con cerrar los ojos! 

Dolores Pérez Frías
Directora de la Oficina Nacional Israelí de Turismo para España y Portugal