jueves, 29 de septiembre de 2016

#OPINION: Sobre la circuncisión de Jesús y el origen del año nuevo. ¿Por qué celebramos el año nuevo el primero de enero?



¿Escucharon alguna vez que celebramos el año nuevo el primero de enero por la circuncisión de Jesús? Bueno, nada que ver. El primero de enero como la celebración del año nuevo nada tiene que ver con la circuncisión de Jesús. Este es simplemente un ejemplo más de “sabiduría popular” que de sabiduría tiene realmente poco.

Enero (Ianuarius) era el primer mes del antiguo calendario romano. En el año 45 a.e.c entra en vigencia el nuevo calendario romano (el calendario Juliano), el cual corregía ciertos errores del anterior, y se fija el primero de enero como el día del comienzo del año. Esta fecha era también desde antaño (desde el año 153 a.e.c por lo menos) el día en el cual los cónsules romanos comenzaban sus funciones.

Janus1Ahora sabemos que el primero de enero, como el primer día del año, tiene su origen en la antigua Roma. Lo que debemos ahora preguntarnos es por qué. La respuesta la encontramos en las celebraciones al Dios romano Janus (de cuyo nombre como podrán darse cuenta se deriva el nombre del mes de Enero, en ingles es incluso más evidente: “January”) que se realizaban los primeros de enero. Janus era el dios de los comienzos y las transiciones, el dios de las puertas y los pasajes. Esta divinidad romana era representada con dos caras, una mirando hacia atrás y otra hacia delante, una mirando el pasado y la otra el futuro. Muy similar a lo que muchos de nosotros hacemos cada año nuevo, rememoramos el año que pasó y proyectamos con deseos el año que vendrá. ¿Linda idea, cierto?

¿Dónde entra la circuncisión de Jesús en toda esta historia? Según relata Lucas (2:21) Jesús como todo varón judío fue circuncidado al octavo día de su nacimiento. Esto implicaría que si Jesús nació un 25 de Diciembre, ocho días después, el primero de enero debiera ser el día de su Brit Milá (Circuncisión). De aquí que muchos piensan que celebramos el año nuevo en recuerdo a este acontecimiento. Nada más lejos de la realidad. La adopción del natalicio de Jesús un 25 de Diciembre es una creación tardía de la Iglesia ya que la misma no figura en ningún lugar del nuevo testamento. Es recién el papa Liberio quien en el 354 decreta el nacimiento de Jesús un 25 de diciembre (basados según la mayoría de los académicos en las antiguas celebraciones paganas romanas de Natalis Solis Invicti, el día del nacimiento del Sol invicto, es decir en el solsticio de invierno). Es más en muchas tradiciones cristianas que se siguen basando en el calendario Juliano y no Gregoriano la navidad es celebrada el 7 de Enero lo cual haría recién el 14 de Enero el día de la circuncisión de Jesús.

El calendario Juliano se extendió por todo Europa y poco a poco se fue convirtiendo a través de la fuerza de la Iglesia en el calendario más popular. En el siglo XVI el mismo se ajustó y la mayoría de las iglesias adoptaron el calendario Gregoriano que siguió sosteniendo el primero de enero como el primer día del año. Poco a poco con el paso de los años (y de los siglos) casi todos los países adoptaron al calendario Gregoriano como el calendario civil y de esta forma el año nuevo se convirtió en una de las celebraciones más extendidas en todo el mundo. De la antigua roma hasta nuestros días. Lo de la circuncisión de Jesús es simplemente una mera coincidencia (algunas Iglesias celebran también el primero de Enero la fiesta de la circuncisión de Cristo pero esta no tiene ninguna relación con el comienzo del año).

Un detalle dedicado al público judío:

Según la Mishná (Rosh Hashaná 1:1) cuatro son los comienzos del año. La tradición rabínica nos enseña que hay cuatro diferentes “años nuevos”. Un año nuevo para las festividades y los reyes (el primero de Nisan), un año nuevo para los diezmos (en Elul), un año nuevo para el mundo y para los calendarios (el primero de Tishrei) y un año nuevo para los arboles (15 de Shvat). ¿Por qué no agregar un nuevo comienzo del año? ¿Si ya tenemos cuatro por qué no cinco? Como judíos podemos celebrar con familia y amigos este nuevo año “civil” compartiendo la alegría con cada una de las sociedades y países en los cuales vivimos.

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